domingo, 22 de diciembre de 2013

Amigas y amigos solidarios con nuestra infancia amiga


Las fiestas navideñas y los finales de año nos remiten a palabras como felicidad, comidas con amigos, festejos, velas, canciones, y también solidaridad. Es ese momento del año en que muchas personas se sienten inclinadas a pensar en otras personas, que tal vez no tengan todo lo que ellos van a utilizar, regalar, disfrutar o consumir en esos días. Y entonces es cuando se celebran comidas, mercadillos, encuentros y reuniones solidarias para apoyar personas, proyectos o comunidades que sin saberlo ni esperarlo, reciben estupendos regalos en forma de materiales escolares, juguetes, alimentos, etc.

Nuestras madrinas y padrinos ya sabéis, lo hacen a lo largo del año y nuestros amigos y amigas que son socios de la organización contribuyen de forma permanente a que salgan adelante los proyectos que con o sin subvención podemos llevar a cabo.

Desde aquí y siempre, nuestro agradecimiento.
 
También tenemos la enorme suerte de ser una de las organizaciones que se benefician de la solidaridad que se acerca a nosotros para conocer los temas con los que se puede sentir más atraída, vinculados a los proyectos de nuestra ONGD.  Porque algunas personas, lo hacen una vez al año para apoyar proyectos con recursos que van a llegar, íntegros, a los amigos que tenemos en las comunidades con las que estamos asociados. Y no es la primera vez que trabajan con nosotros, es frecuente que estén pendientes de nuestras sugerencias para que su colaboración esté bien encaminada y cumpla su objetivo.
 
Este año las comunidades que se verán favorecidas son El Sembrador, en Tegucigalpa Honduras y la escuela de Choquiac, Municipio de Cantel en Quetzaltenango, Guatemala.
 
Introduciré algunos antecedentes:

El Sembrador es una guardería que está localizada en un barrio suburbano de Tegucigalpa. A ella acuden niñas y niños desde que son bebes, hasta los 6 años, que pertenecen a familias trabajadoras, muchas de ellas cuya cabeza de familia es una mujer. En el año 2008, gracias a una de estas personas solidarias que se ofreció a colaborar en ese momento, se pudo finalizar la construcción de la guardería y nuestra organización acudió a la inauguración gracias a una visita que estaba concertada para otros proyectos en la misma ciudad.

 
El proyecto de El Sembrador, se encuadraba dentro de la colaboración permanente que Acción para el Desarrollo y la Igualdad, mantiene desde 2006 con La Casa de Las Flores, un centro de apoyo a niñas en situación de riesgo, que pertenece a la organización Koinonia, gestora también, de 17 guarderías que como El Sembrador apoyan a las familias de menores recursos en Tegucigalpa.
 
Escuela de Choquiac

La escuela de Choquiac, en Cantel, es también una vieja amiga de nuestra organización. Conocimos su existencia y requerimientos cuando en 2009, celebramos  el encuentro  de los 20 años de la Convención de los Derechos de la Infancia, con UNICEF en La Casa Encendida. A este encuentro  acudieron dos adolescentes y un coordinador del Parlamento de la Niñez y la Adolescencia quienes desde ese momento fueron (con la ONG IDEI) nuestros interlocutores. Esta es  una escuela autogestionada por la comunidad. Debido a la falta de iniciativa del Estado para crear una escuela local, en 1994 los padres decidieron fundar la escuela bilingüe español-maya con el apoyo de INEPAS (Instituto de Estudios de Español y Participación en Ayuda Social). Actualmente cuenta con el apoyo de otro organismo privado FUNDAP (Fundación para el Desarrollo Integral de Programas Socioeconómicos).

Gracias al apoyo y la imaginación de la ONG Descubre Latinoamérica (celebrando mercadillos, reuniones, encuentros solidarios y subastas de arte) se resolvió un grave problema relacionado con la salud y la alimentación: se construyó una nueva cocina-comedor para que las comidas de los escolares que llevan a cabo las madres pudieran hacerse con el cuidado y la limpieza necesarios. Se inauguró en el año 2010.


Los proyectos futuros

 La mejora que recibirán estos dos centros infantiles corresponde a necesidades de índole recreativa, educativa y cultural que no es excesivamente amplia en ambos centros. La falta de recursos para juegos infantiles, libros y espacios de lectura son los que se van  a resolver con este apoyo, que llega como regalo de Reyes.
 
En El Sembrador, se instalarán juegos de patio, infraestructura que en nuestro país es impensable que no exista en una escuela infantil. Inaugurada en 2008, la guardería no ha podido hasta este momento enfrentar los costes correspondientes a estas instalaciones.


En la escuela de Choquiac, se construirá una pequeña biblioteca que permitirá no solo que los escolares tengan un lugar de lectura sino que va a permitir guardar los libros que el Estado ha remitido al centro  y que en la actualidad no tienen ubicación. Estos libros corresponden a la dotación enviada por el  Programa Nacional de Lectura  “Leamos Juntos” con el Acuerdo No. 0035-2013 (entrega de 4.5 millones de libros de lectura de Preprimaria y Primaria).

 
Gracias en estos casos, a una amiga solidaria, que se ha hecho eco de las necesidades de los dos centros, podemos convertir su sueño en realidad. Los niños y niñas de El Sembrador y de Choquiac podrán jugar con juegos infantiles de patio y leer con mayor comodidad, disfrutando de todo aquello que es una obligación, según la Convención de los Derechos de la Infancia: la educación, la cultura  y el juego en un ambiente limpio, sano y feliz.
 
Esperamos que esos sentimientos se mantengan, pero sinceramente, lo que nos gustaría más  es que fueran cada vez menos necesarios, ojala sea así en un futuro no demasiado lejano. Y que podamos verlo.






domingo, 1 de diciembre de 2013

Comentarios a lo largo y ancho del camino con la Zaigua


Este es un texto que han enviado Andrea y David para nuestro blog. Ellos son dos jóvenes amigos periodistas que desde hace más de un año y medio recorren con su “zaigua” los caminos del continente americano, desde donde iniciaron su ruta, México hasta donde están ahora, Chile y Argentina. Estimulados por nuestro primer artículo sobre discapacidades nos han enviado este, que esperamos que sirva de inicio para futuras colaboraciones.



Con los ojos de Zaigua Trough the Americas

 

En nuestro largo camino por Latinoamérica hemos podido observar las grandes dificultades en cuanto a movilidad a las que se tienen que enfrentar muchas personas todos los días. Estos desafíos están especialmente acentuados en comunidades indígenas y/o rurales.

Es cierto que estadísticamente las mayores concentraciones de gente siempre van a estar en las grandes ciudades y por tanto, los recursos económicos van dirigidos a estas poblaciones centrales. Sin embargo, en el ámbito rural también viven muchas personas que día a día ven limitada su movilidad, especialmente los ancianos. Gente, que debido a su salud necesita hacer largos y difíciles desplazamientos hacia los hospitales y las barreras -arquitectónicas, sociales y de movilidad- comienzan a aparecer desde que están en su propia casa.

En primer lugar viven en espacios humildes, muchas veces construidas por ellos mismos, con suelos irregulares y escaleras que dificultan sus desplazamientos. Después tienen que transitar por caminos, normalmente con grandes bultos, sin asfaltar y con lodo. Si consiguen un transporte, posiblemente sea un autobús antiguo que en cualquier país desarrollado hace años habría dejado de circular, sin ningún tipo de adaptaciones específicas para personas con dificultades de movilidad o debido a la edad y a las situaciones tan duras  que han tenido que vivir.
 
 
Una vez que están en la ciudad, aparte de las barreras antes mencionadas, estas personas se tienen que enfrentar a un tráfico infernal que no los respeta y en muchas ocasiones provoca accidentes mortales.

Basados en nuestra experiencia por Latinoamérica, a lo largo y ancho de los caminos que hemos recorrido, todavía falta mucha concientización social y política sobre este tema.

Teniendo en cuenta  que los recursos económicos en primer lugar van dirigidos a solucionar otras dificultades sociales, se necesita un gran aporte económico para que no solo cualquier persona “capitalina” pueda moverse libremente sino también la gente que vive  en el interior, en las áreas rurales que son -contradictoriamente-  generadoras de bienes y productos dirigidos a las grandes aglomeraciones urbanas
 
No podemos ni debemos olvidarnos de ellos.

Las fotos son de la Comunidad Wachimak en el Amazonas Ecuatoriano visitada  hace tres meses por Andrea y David.