Artículo de Rosa María Casero Burgos, delegada de Acción para el Desarrollo y la Igualdad en Andalucía (Sevilla) y en Ciudad Real. Es experta en género, cooperación internacional y acción social. Trabaja con nuestra organización en la coordinación de actividades y en especial, en temas relacionados con mujer, creatividad e igualdad,
Antes de empezar, quiero exponer una frase de Linda Mayoux que define el
empoderamiento femenino como: “el proceso en marcha a través del cual las
mujeres obtienen igualdad de derechos, poder
y recursos como los hombres”[i]
Me
gustaría centrarme en la expresión “empoderarse para conseguir poder” como el de los hombres.
Mis preguntas iniciales son las siguientes, ¿Es el poder un medio para
conseguir la igualdad?, ¿Por qué siempre hablamos de dar poder a la mujer?, ¿De
qué poder estamos hablando?
Empoderar significa conseguir poder social, económico,
cultural o político, para estar en equilibrio con respecto a otros colectivos.
En nuestra sociedad, se intenta empoderar a las mujeres para que
consigan la igualdad con respecto a los hombres.
Es
por ello, que el empoderamiento es un paso importante que hay que llevar a cabo
en nuestro entorno, en nuestra sociedad patriarcal, para que poco a poco a los
hombres y a las mujeres se les mire como personas iguales en derechos,
capacidades y habilidades, en su
diversidad cultural, social y laboral. Sobre todo, se deben incorporar
sus voces, sus necesidades y sus puntos de vista en un plano de igualdad.
El
primer paso para empoderar, es saber que existe desigualdad, pero no debemos
olvidar que empoderar es aportar capacidades para equiparar. El poder es un
término de la sociedad capitalista: quien tiene poder es quien domina al
sumiso; crea superioridad y hoy en
día, nos acerca hacia la felicidad -esto es
lo que se nos dice-
Para
acercarnos a la igualdad, es necesario en primer lugar, un importante aporte de
recursos que a las mujeres se les ha negado, durante toda su historia,
apareciendo siempre en un segundo plano con respecto al hombre, con un rol de
cuidadora, sustentando a la sociedad, pero siendo invisible a su entorno. Sin
que la sociedad se diera cuenta, realmente, de su papel de pilar de la
sociedad.
Cansadas
de ese rol, las mujeres hemos luchado -y
seguimos luchando- para conseguir esa igualdad, esa condición que nos equipare
a los hombres. En un sistema patriarcal y
donde el poder tiene diferentes matices y caminos para ser alcanzado, posiblemente,
el que lleguen a tener las mujeres no será el mismo que ,en la actualidad, tienen los hombres. Pero de lo que sí estamos
seguras es que todos están relacionados, ya que si tienes poder material o
político, puede ser que también tengas poder social -y viceversa-.
Es
por ello, que es complejo establecer “de qué poder estamos hablando” exactamente
cuando decimos “empoderar” a las mujeres dentro de un sistema que tiene como
base una estructura patriarcal. Pero eso que lo
hace difícil y complejo es también lo que le dará contenido diferente y pondrá
en su lugar aquello que aún se está vislumbrando -y es además diferente en cada
sociedad, de acuerdo con su historia, cultura y sociedad-.
Habrá
que recorrer todavía un difícil y largo
trecho. Pero para ello todavía es necesario completar el desarrollo de un
conjunto de conceptos nuevos, y con ellos, y a través de ellos, recorrer el
difícil camino de la igualdad. Pero sin olvidar, en ningún caso, que cuando se
pretende dar pasos -pequeños o grandes- para
la igualdad, tanto las mujeres como los hombres deben caminar juntos.
[i] Comentarios de la
Visión de Linda Mayoux por Ellie Bosch, I/C Consultora. El micro-crédito necesita una nueva agenda para el empoderamiento de la
mujer. La Haya BO-660i/02-37. Julio 17, 2002. P. 8.
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